La "S" final significa "Seguro", y es esa letra la que marca toda la diferencia entre navegar con relativa tranquilidad y abrir las puertas de tu conexión a cualquiera que tenga ganas de curiosear o peor.

Google Chrome habilitará la protección HTTPS obligatoria para 2026: ¿qué cambiará?

El problema con HTTP es sencillo: es como enviar una postal en lugar de una carta sellada. Cualquiera puede leer el contenido, modificarlo o reemplazarlo. Según Google, cuando una conexión no está protegida por HTTPS, un atacante puede secuestrar la navegación y obligar a los usuarios de Chrome a cargar recursos arbitrarios controlados por el atacante, exponiéndolos a malware, exploits dirigidos o ataques de ingeniería social.

En 2015, solo entre el 30% y el 45% de las navegaciones estaban protegidas por HTTPS. Pero Google presionó a desarrolladores, empresas y propietarios de sitios web para que hicieran el salto, y la estrategia funcionó. En 2020, la tasa de conexiones seguras había aumentado entre el 95% y el 99%.

Un éxito clamoroso, ¿verdad? Sí y no. Porque aunque el 95-99% parece casi una victoria total, ese 1-5% restante representa aún millones de conexiones no seguras. Y hay otro problema, a menudo los usuarios se conectan a sitios HTTP sin siquiera saberlo, porque estos redirigen inmediatamente a la versión HTTPS. Durante esa fracción de segundo de redireccionamiento, el usuario pasa de una conexión vulnerable a una segura sin siquiera ver la advertencia de Chrome que señala el riesgo.

Google ha decidido que es hora de cerrar definitivamente el grifo de las conexiones no seguras. Con Chrome 154, que llegará en octubre de 2026, el navegador activará por defecto la opción 'Utilizar siempre conexión segura'. Esta función ya existe desde 2022, pero hasta ahora estaba enterrada en la configuración y deshabilitada por defecto. La mayoría de los usuarios probablemente ni siquiera sabían que existía.

Una vez activado automáticamente, Chrome mostrará un aviso claro cada vez que el usuario esté a punto de conectarse a un sitio no seguro. Y no será un aviso tímido que se pueda ignorar, se requerirá un permiso explícito para continuar.

Las excepciones

Google ha previsto algunas excepciones para no causar un caos total en ciertas categorías de usuarios. Los sitios privados, como las intranets empresariales donde el protocolo HTTP todavía es común, podrán ser excluidos de esta medida. Después de todo, obligar a todas las empresas del mundo a reestructurar sus redes internas para cumplir con esta regla habría sido un suicidio para las relaciones públicas.

Además, Chrome evitará bombardear al usuario con la misma advertencia si visita repetidamente un sitio no seguro. Después de la primera vez, el navegador recordará la elección y no hará la prédica cada vez que se regrese. Es un justo compromiso.

La seguridad se vuelve obligatoria (por fin)

En lugar de dejar que los usuarios decidan inconscientemente o por pereza navegar en conexiones no seguras, Google está imponiendo su mano, pero por un buen motivo. Dentro de poco más de un año, navegar por HTTP se convertirá en una experiencia desalentadora, un recorrido lleno de obstáculos hecho de avisos y solicitudes de confirmación. Para los administradores de sitios que aún no han hecho la transición a HTTPS, y sí, aún existen, el mensaje es inequívoco: ha llegado el momento de actualizarse, si no quieren volverse irrelevantes.