En un video de siete minutos, David Weston, Vicepresidente Corporativo de Seguridad Empresarial y de Sistemas Operativos, describe un futuro en el que el ratón y el teclado se vuelven obsoletos, tanto que son mirados como las nuevas generaciones miran a MS-DOS. En su lugar, hay agentes de inteligencia artificial multimodales, capaces de interpretar comandos vocales, visuales y contextuales, que se convierten en el corazón de la interacción con Windows.

El concepto de "Windows 2030" se basa en la idea de que la IA comprenderá de forma proactiva las intenciones del usuario, anticipándose a sus necesidades y completando tareas de manera autónoma. Esto podría hacer que las computadoras sean mucho más intuitivas y personales, fusionando la tecnología con la vida diaria de una manera casi invisible. Por ejemplo, en lugar de buscar manualmente una foto, el usuario podría simplemente decir "muéstrame las fotos de la última fiesta" y la IA lo haría de inmediato, cuando edita una foto en Adobe Photoshop podría recibir consejos sobre cómo ajustar la iluminación, mientras que un jugador podría obtener estrategias basadas en lo que está sucediendo en el videojuego.

Sin embargo, esta visión también plantea preguntas importantes. Una de las mayores preocupaciones es la privacidad. El uso constante de micrófonos, cámaras y sensores para seguir los gestos y la mirada podría exponer datos sensibles de los usuarios, lo que generaría un debate sobre el control y la seguridad de la información personal.

Otra preocupación es la accesibilidad. ¿Qué pasará con los usuarios que no pueden usar comandos de voz o gestos debido a una discapacidad? La tecnología, para ser realmente revolucionaria, debe ser inclusiva, y los expertos se preguntan si este nuevo enfoque podría excluir a un segmento de la población.

A pesar de estos desafíos, la idea de un sistema operativo impulsado por IA marca un cambio significativo en cómo pensamos sobre la interacción con la tecnología. La visión de Microsoft es audaz y nos empuja a reflexionar sobre el futuro de la computación, que podría ser mucho más humano e intuitivo de lo que imaginamos.